Se trata de una de las preguntas más frecuentes y menos resueltas; ¿Existe forma alguna para saber si un texto es original?, ¿Cómo podemos asegurarnos de que el contenido que acabamos de recibir es auténtico? Aunque son varios los factores que influyen en la composición de cualquier texto, hay formas útiles para averiguarlo. Y es que, ante la gran oferta de redactores que hay en la red, encontrar algo decente y útil se hace cada vez más complicado.
Si estás buscando un redactor, si ya lo tienes y quieres comprobar su calidad, o directamente prefieres ponerte el mono de trabajo y escribir tú el contenido, presta mucha atención a las siguientes líneas. Descubrirás algunas claves para determinar su originalidad, pudiendo evaluar si merece la pena o no para tu proyecto online. Y es que, hay ocasiones en las que una retirada pronto vale más que una derrota. ¡Vamos allá!
¿Qué es la originalidad de un texto?
Puede gustarte o no, puede incluso desinformar más que aportar algo útil al lector, sin embargo, que un texto sea original no depende en absoluto de estos factores. Es más, el redactor que ha elaborado el contenido puede presumir de entregarte un trabajo 100% original sin necesidad de haberse preocupado por estructurar la información correctamente o verificar que es correcta.
La originalidad de un texto radica en su unicidad, la garantía de saber que ese contenido no está publicado ni plasmado en ningún otro medio y es completamente nuevo, creado desde el principio. Aunque puede parecer un requisito esencial si queremos un trabajo de calidad, muchos presumen de garantizarlo en sus encargos. Por lo tanto, cuando alguien te diga que su contenido es original, no des por sentado que incluirá otros factores como creatividad o calidad. Que sea original no implica que sea bueno para tus intereses.
¿Cómo puedo detectar este aspecto?
Una de las principales razones por las que podrás saber si un texto es original radica en buscar el mismo contenido en la red, así de simple. Tenemos buscadores referentes como Google, por lo que solo habrá que incluir un fragmento del contenido para iniciar una búsqueda global. Si encontramos párrafos completamente idénticos, sabremos que el redactor nos ha engañado y probablemente el trabajo presentado proceda de otra fuente original.
Hay opciones más sofisticadas, como la posibilidad de contar con software especializado como Plagium. Estas herramientas son realmente útiles y fáciles de utilizar, ya que solo habrá que incluir el texto que queremos analizar y éstas harán el resto del trabajo. Si existen coincidencias en alguna parte de la red, nos lo mostrará detalladamente. Y no, un contenido duplicado al 60, 70 o 90% no es una casualidad. Puede que una frase sea similar, pero no un párrafo entero.
¿Penaliza un contenido poco original?
Como podrás imaginar, un texto que procede de otra fuente, por muchos parches y retoques que tenga, es motivo suficiente como para penalizar tu imagen en la red. No es que lo diga yo, es que los buscadores como Google priman el contenido original y de calidad, donde emplean algoritmos cada vez más optimizados precisamente para detectar este tipo de aspectos tan esenciales. Ahora ya no es tan fácil engañar, ni al lector ni al buscador.
